Causas y Sintomas


 La tasa a la cual  la cual se presenta el abandono físico y emocional de los niños es difícil de definir.

Los factores de riesgo pueden abarcar:
  • Enfermedad mental
  • Pobreza
  • Estrés en la familia
  • Consumo de sustancias por parte de los padres o personas a cargo
Los niños maltratados están en riesgo de convertirse en adultos que maltraten a otros.
Los síntomas de maltrato psicológico pueden abarcar:
  • Dificultades en la escuela
  • Trastornos en la alimentación, que llevan a pérdida de peso o aumento de peso deficiente
  • Cuestiones emocionales como baja autoestima, depresión y ansiedad
  • Comportamiento rebelde
  • Trastornos del sueño
  • Quejas físicas vagas
Un marco legal que los protege
Diversas normas, declaraciones y convenciones rigen el marco legal internacional que posibilita la prevalencia de los derechos de los niños y las niñas, así como el principio del  interés superior y su protección integral. La Declaratoria de los Derechos del Niño (1959), expresa en uno de sus apartes que “el niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación”.
Desde 2006, la Ley de Infancia y Adolescencia (Ley 1098) modificó en Colombia el anterior Código del Menor, consagrando medidas para aquellos menores de edad que se encuentran en situación irregular, entre ellas la Adopción.
Esta medida, reglamentada por el Estado colombiano, es una forma de solucionar el problema de abandono infantil. Tácitamente, el Artículo 20 de esta ley expresa: “dentro de los derechos de protección, los niños, las niñas y los adolescentes serán protegidos contra el abandono físico, emocional y psicoactivo de sus padres, representantes legales o de las personas, instituciones y autoridades que tienen la responsabilidad de su cuidado y atención”.
Sin embargo, y bajo la premisa que esto no es suficiente, se han adelantado propuestas legislativas y normativas para regular más a fondo en la materia.
Propuestas: Es hora de ponerlas en marcha

Para algunos congresistas, como el senador José David Name Cardozo, “es evidente la necesidad de estructurar respuestas que contribuyan desde lo político, a plantear soluciones a la problemática por la que atraviesa la infancia en Colombia”.
Mediante  proyecto de ley, el legislador propuso permitir la entrega voluntaria de menores de noventa días de nacidos, bajo la custodia de entidades que puedan proveerles atención inmediata.  En la misma iniciativa, se propone la modificación del Artículo 127 del Código Penal, de tal manera que cualquiera que abandone a un menor de  dieciocho (18) años, teniendo el deber legal de velar por ellos, incurrirá en prisión de dos (2) a seis (6) años.
Ya en la Sentencia C-468/09, el Magistrado Gabriel Eduardo Mendoza había atendido la demanda de este Artículo 127, declarándolo inexequible, porque contemplaba sólo niños y niñas menores de 12 años, dejando excluidos aquellos adolescentes que no cumplían aún los 18 años, quienes también son titulares de cualquier tipo de protección especial.
A su juicio, niños entre 12 y 18 años no pueden ser excluidos ya que se cometería un acto discriminatorio: “El abandono de un menor expone a la víctima a circunstancias de peligro, quedando así desprotegidos sus derechos a la vida, integridad física y personal, a la salud, a la formación, a la educación, desarrollo y porvenir, pues se le estaría negando lo esencial para su propia supervivencia”, argumentó en su Sentencia el magistrado ponente.
El Movimiento MIRA en el Cabildo bogotano, propuso la creación de “Casas de Refugio” específicamente para aquellos menores de edad y sus madres, que por causa del abuso sexual y el maltrato cometido por los padres y padrastros, tengan que salir de sus hogares. Esta iniciativa fue acogida en el Plan de Desarrollo Distrital Bogotá Positiva bajo la creación de centros especializados, encargados de vigilar la integridad y seguridad de todos los niños, niñas y adolescentes en el Distrito Capital.
Una salida para los niños abandonados
Sin duda, el tema de la infancia es un tópico que amerita la concurrencia de actores como la Familia, la Sociedad y el Estado, en el marco de la corresponsabilidad, expresada en el Artículo 10 de la Ley de Infancia y Adolescencia. Así lo señala otro congresista colombiano del ala independiente:
“Todo intento que hacen por los niños y niñas las organizaciones civiles, las fundaciones, la academia, el sector político y la empresa privada, no está de más, suma y contribuye a una problemática social tan arraigada en nuestras culturas como es abandonar o regalar un niño por diversas causas”, concluye el Presidente de MIRA, Senador Carlos Alberto Baena López.
Por su parte, para Angela María Rosales, Directora Nacional de Aldeas Infantiles SOS Colombia, “en la medida que una familia reciba los apoyos necesarios y los servicios del Estado a los que tiene derecho, se previene mucho el abandono”.
“Vemos muchas falencias en los enfoques que busca el Estado en el trabajo con las familias, que para nosotros es el centro de nuestro actuar. El enfoque central debe estar en atender esas familias que están en situación de vulnerabilidad para que los niños crezcan con unos papás que tengan pautas de crianza lo suficientemente buenas”, agregó.
Además, propone al Estado colombiano “extender también la atención a aquellas familias que por alguna situación cultural o de violencia, acogen a los niños del vecino o acogen a los niños de la familia extensa. En el caso particular de Colombia el conflicto armado genera mucho abandono y en la medida que éste se resuelva, la situación de abandono y orfandad también bajarían”.
Aldeas Infantiles SOS, un modelo a seguir
Aldeas Infantiles SOS es una organización no gubernamental, internacional, que está presente en Colombia hace 40 años y en el mundo hace más de 60. De acuerdo con Ángela María Rosales, Directora Nacional, actualmente cuentan con 4,500 niños y niñas que participan en sus programas de Aldeas Infantiles; y alrededor de unos 900 niños y niñas, viven con ellos en las siete aldeas que tienen en el país: Cartagena, Bogotá, Floridablanca, Ipiales, Rionegro, Cali e Ibagué.

Para esta organización lo más importante es la familia por ello sus programas van dirigidos específicamente a fortalecer ese núcleo familiar. “ Tenemos una filosofía que se basa en el cuidado de las familias. Nosotros cuidamos familias para que no se rompan, para que crezcan los niños unidos a sus padres; y en los casos en los que los niños y las niñas ya han perdido el cuidado de sus padres, prestamos un servicio de atención con un enfoque familiar para que ellos crezcan en un entorno de familia”.
Dentro de sus programas, implementan un modelo de prevención en el que trabajan con las familias, niños y niñas en la primera y segunda infancia y también con sus padres. “Matriculamos en nuestro programa a la familia completa. Trabajamos en pautas de crianza, los derechos de los niños y las niñas, el rol de la mujer, los derechos de la mujer y también algunas de productividad y empleo para esos papás. Hay estamos previniendo que esa familia por situaciones de pobreza o maltrato lleguen a perder el cuidado de sus hijos y ellos pierdan la oportunidad de crecer con sus papás y sus hermanos”.
De igual forma, cuando han habido situaciones de maltrato, de abuso o de orfandad, la organización tiene un enfoque de atención a través de las aldeas infantiles. Como explica Ángela, “En estos lugares hay un enfoque familiar en donde el niño llega a vivir en una casa con otros ocho hermanos de acogida; en esa casa conviven permanentemente con una persona que los cuida que llamamos la madre SOS. Ella vive en la casa y genera unos vínculos duraderos con esos niños y niñas porque es la que vive ahí y haces las veces de una mamá. Los acompaña al colegio; los matricula en la escuela de fútbol del barrio o de acuerdo a su preferencia; los lleva al médico. Funciona tal cual como una mamá”.
Un acompañamiento a largo plazo
Según explica Ángela, las Aldeas SOS es una opción de acogida a largo plazo, en donde estos niños y niñas generan también unos vínculos afectivos con sus hermanos de acogida. “Incluso hay personas ya independizadas que vuelven a la Aldea, visitan a sus hermanos de acogida, a su madre SOS y mantienen su vínculo familiar como cualquiera de nosotros”.
Añade además que son la mejor opción para aquellos que han perdido su familia pero son hermanos. “Por lo general muchas de las respuestas de acogida, buscan separar a los niños bien sea por género o por edad; nosotros lo que hacemos es acoger al grupo de hermanos. En las siete aldeas con las que contamos, tenemos más o menos 604 niños y niñas que son hermanos biológicos que viven en las aldeas”.
Adicionalmente, la organización apoya a los niños y niñas cuando ya están en la adolescencia, para que escojan una carrera técnica, profesional o tecnológica y les subsidia o paga esos estudios. Luego también los apoya en la consecución de una vivienda independiente y les prestan asesoría durante sus primeros años de vida independiente, hasta que ven que esa persona ya tiene las capacidades suficientes para llevar una vida adulta digna y para tener los ingresos suficientes como para una estabilidad.
De acuerdo con la Directora de esta Organización para Colombia, se está buscando crecer un poco en sus programas de fortalecimiento familiar y comunitario y cada año generan un crecimiento de una tasa importante, dependiendo de sus posibilidades. “Estamos considerando la posibilidad de tener unas nuevas aldeas en otras zonas del país en donde no estamos presentes para poder dar solución a algunas situaciones de abandono y de orfandad que estamos viendo”, puntualiza.

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